Una enorme estepa, donde por más que vayamos hacia una
dirección nunca encontraremos ningún obstáculo más grande que unas pequeñas
lagartijas de un color azulado. Un riachuelo entre una vegetación frondosa y
unas montañas que parecen gigantes verdes. Un árbol tan grande y tan viejo que
para treparlo necesitarías provisiones para una semana. Un paisaje lejos de lo
que conocemos como Tierra, donde gigantescos animales cubiertos de un pelaje
blanco y sedoso, atraviesan a paso lento marismas llenas de plantas que hacen
un sonido muy característico en cuanto las pisas.
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